Hace poco que aprobaron unas leyes de educación.
Estas, sinceramente, no me agradan en absoluto. Desde mi punto de vista,
intentan hacer a unas personas sin voluntad, sin opinión propia, intentan que
tengamos la mente cuadrada. Quieren quitar asignaturas como ciencias del mundo
contemporáneo, filosofía, música o dibujo técnico, asignaturas que desarrollan
nuestra creatividad y nos hacen replantearnos aspectos de la vida. Quieren
aumentar las horas de lengua, matemáticas o religión, algo que no me parecería
mal si no se deshicieran de otras. Argumentan que quieren mejorar el sistema
educativo, pero no se dan cuenta de que está no es la manera, cambian de leyes
cada vez que cambiamos de partido político, y no dan tiempo a que esas leyes surtan
efecto. Esas personas que crean que estas leyes, que en mi opinión son
absurdas, son correctas, que entren en un aula, que observen detenidamente y
entiendan la postura del alumnado, quienes parecemos muñecas de trapo.
Es cierto que nuestro país está más atrasado en cuanto a la
educación con respecto a otros, pero no son los profesores, si no el contenido
que nos dan, que cada vez es menor. ¿No se les ha ocurrido en ningún momento
pedirles a los profesores, personas que si saben del tema, su opinión?
Más exámenes, más horas de clases troncales, menos
creatividad y ninguna empatía, eso es lo que nos dan. Además, junto con esto,
con la disconformidad que siento yo y gran parte de la población, se junta la
supuesta “crisis”, digo supuesta porque habiendo familias que no son capaces de
comprarles los libros a sus hijos, el Gobierno les paga las tablets y los ordenadores
a los institutos para enseñar mejor, y se olvidan de que en otros lugares hay
niños que intentan dar una clase normal y no pueden porque no tienen recursos
para asistir o para el material. Y es que aunque esto me parece increíble,
también me lo parece que reduzcan las becas, si ya era difícil, ¿ahora que
hacemos?
Si nos damos cuenta, cada vez es más difícil llegar a la
isla del tesoro, no por los alumnos, sino porque nuestro país no nos ayuda y
cada vez nos aleja un poquito más de nuestra meta, la educación.
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