Sentimientos.
En la vida, siempre alguien va a intentar hacerte daño, en
el trayecto desde que nacemos hasta que morimos, sufrimos y lloramos demasiadas
veces. Lo sé porque aunque tengo una
escasa edad, he llorado tantas veces, que hace tiempo perdí la cuenta.
Sufrimos por cualquier cosa que no esperábamos, por
esperanzas y sueños rotos, por personas que nos dañan, por personas que nos
engañan, que rompen promesas. Personas que juran y perjuran que siempre estarán
a tu lado y que en el día menos pensado, desaparecen de tu vista, sin que lo
hayas visto venir siquiera. Solo dejan un recuerdo y el dolor de su perdida. Y sientes que todos los momentos pasados junto
a él o a ella, fueron simples sueños, que te parecen tan lejanos que a veces
dudas si realmente pasaron de verdad.
A lo largo de la vida mucha gente pisa tu campo vital, se te
adentran en el corazón como una daga, para luego salir y dejar un vacío y un dolor espeluznantes. Sientes que te
falta algo porque ya te habías acostumbrado a esa extraña sensación y luego
cuando se va, sientes que solo el tiempo, será capaz de cerrar esa tremenda
cicatriz, aunque a veces muy a nuestro pesar, se queda una ranura, esperando a
volver ser abierta.
Mis palabras a veces son un poco trágicas, pero realmente
cuando estás como yo en estos momentos, con ganas de desaparecer y de dejar a
todo el mundo y de solo poder cerrar los ojos y soñar con que todo, sigue igual
que antes de que esa persona hubiera dejado el charco de sangre dentro de ti, no pensarías que son tan trágicas, si no que
entenderías lo que siento o simplemente te reirías de las gilipolleces a las
que llamo problemas.
Mañana de nuevo tengo que enfrentarme a la realidad, salir
de mi mundo de fantasía y mirar a las personas que me han dañado, a la cara y
demostrarles algo que no siento, algo que no soy. Enseñarles que no fueron tan
importantes, que no dolió su perdida y que nada de lo que pasé con ellos, me hizo
quererlos como los quiero. Tendré que fingir que yo, soy quien no soy.
La vida te pone obstáculos, y poco a poco hay pasarlos,
lentamente hay que curarse y ser feliz con la más mínima cosa. Tenemos que
aprender que la felicidad depende de nosotros y no de otras personas que cuando
más las necesitemos, nos abandonan y nos hacen sentirnos realmente miserables. Tenemos que mirar al frente y ver lo que
verdaderamente importa.